Últimamente estaba aburrido de los mismos juegos de siempre hasta que un amigo en Chile me habló de mines. Me sorprendió porque no es solo cuestión de suerte, sino que hay que pensar bien cada jugada. Al principio me costó entender cuándo era mejor parar, pero después de unas cuantas partidas logré desarrollar una estrategia. Me gusta porque es rápido, entretenido y diferente a cualquier otra opción que había probado antes. Ahora lo juego en mis ratos libres y me divierte mucho.
Últimamente estaba aburrido de los mismos juegos de siempre hasta que un amigo en Chile me habló de mines. Me sorprendió porque no es solo cuestión de suerte, sino que hay que pensar bien cada jugada. Al principio me costó entender cuándo era mejor parar, pero después de unas cuantas partidas logré desarrollar una estrategia. Me gusta porque es rápido, entretenido y diferente a cualquier otra opción que había probado antes. Ahora lo juego en mis ratos libres y me divierte mucho.